El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, no se plantea de momento recurrir a la “muerte cruzada”, una figura contemplada en la Constitución nacional que permite al mandatario disolver la Asamblea Nacional, a cambio de gobernar con decretos hasta que se celebren elecciones generales adelantadas.

Así lo aseguró el asesor y portavoz presidencial Carlos Jijón en una conferencia de prensa, en la que se le preguntó por la posibilidad de que el Gobierno tomara la vía de la “muerte cruzada” después de que la oposición le tirara abajo en el Legislativo la Ley de Inversiones, un proyecto normativo emblema de su gestión.

“La muerte cruzada es una herramienta constitucional de última instancia, cuando haya una grave crisis política que amenace la institucionalidad. El Gobierno considera que no se ha llegado a ese momento y que tiene herramientas suficientes para seguir gobernando y luchar contra la corrupción”, afirmó Jijón.

 Lasso por su parte aseguró que al rechazar el proyecto de Ley de Inversiones, el Legislativo le dio a espalda a siete de cada diez ecuatorianos que forman parte de la población económicamente activa y “no tienen un empleo formal”. 

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