Así fueron las declaraciones del defensor del Pueblo, Freddy Carrión, a los medios de comunicación, en medio de su presentación a la Comisión de Fiscalización que ha iniciado un juicio político en su contra. La Asamblea Nacional arrancó el proceso para desvincularlo de su cargo e impedir que por algunos años ejerza funciones en el sector público. ¿Por qué motivo? Ya lo vamos a detallar.
De acuerdo a Carrión, el 16 de mayo del 2020 asistió a una reunión en la residencia de Mauro Falconí en Quito. En ese encuentro, el exministro de Salud comentó que presuntamente la exvicepresidenta María Alejandra Muñoz estaría involucrada en la desaparición de miles de dosis de la vacuna anticovid – 19, que existen actos de corrupción en el Servicio Nacional de Contratación Pública que involucraba a un amigo del expresidente Lenin Moreno.
Además, que la exministra María Paula Romo y la fiscal Diana Salazar habrían querido removerle de su cargo de defensor del Pueblo, porque denunció a Moreno de cometer crímenes de lesa humanidad, por los hechos de octubre del 2019.
Lo sorprendente es que el defensor del Pueblo ahora dice que en medio de esa tranquila tertulia ha tomado dos copitas de vino y no recuerda más, que borró cassette. Aparentemente le habrían drogado ya que en el examen toxicológico no aparece rastros de alcohol en su cuerpo. Que se puede sospechar de Falconí, que es médico. ¡Patrañas!
Pero bueno, vamos a recordarle lo que vimos los ecuatorianos en las cámaras de seguridad y en las fotos que fueron difundidas por redes sociales. En las tomas se mira al defensor del Pueblo demostrando sus habilidades de pugilista. A patada y puñete limpió arremetía contra el exministro. Asimismo, se ve como forcejeaba con una mujer, quien horas más tarde puso una denuncia por violencia sexual.
Esperamos que actúe la justicia. Que los involucrados sean sancionados por sus errores. Basta de personajes públicos que pasan por encima de la ley. Estamos cansados de escuchar respuestas absurdas cuando se miran acorralados. No traten de tomarnos el pelo.
Por: Santiago León
Comunicador Institucional