La fiesta y el derroche en la Asamblea Nacional no deja de sorprendernos e indignarnos. Recuerdo que de pequeño usaba los buses de transporte público. Cuando pasaba por el torniquete solíamos decir al ayudante: atrás paga. Nos referíamos a los adultos que pagaban nuestros pasajes.
Recuerdo esos instantes y comparo con lo que sucede con algunos de nuestros honorables asambleístas. Escuchar denuncias que la presidenta del Legislativo ha ido por el Tena a una “visita oficial”, pero en realidad parecería un viaje de descanso porque además ha incluido masajes.
Pero días después vuelven a sonar las alarmas en la Asamblea Nacional. Ahora por un contrato por los servicios de logística y alimentación que ascendía a USD 100.000 para esta función del Estado. En el que se iba a pagar USD 50 por cenas. ¿Quiénes pagan esos costos? Correcto, nosotros, los de atrás.
Y para refrescar la memoria, el asambleísta Bruno Segovia denunció que la Asamblea Nacional habría iniciado un proceso contractual para renovar la flota vehicular, por USD 60.000 cada uno. La presidenta del órgano Legislativo aclaró que los actuales vehículos cumplieron su vida útil y que el costo del mantenimiento iba a ser elevado.
Para acabar con este rollo de la Asamblea Nacional y sus actores. Scarlett Lindao ex asistente de la vicepresidenta del Legislativo, Bella Jiménez, dijo que habría entregado un cheque por USD 2.500 para costear la cirugía estética y una faja para su recuperación quirúrgica a cambio de ser su asistente. Lo manifestó en medio del proceso de investigación por presunta corrupción.
Como vemos la clase política del Ecuador parece que no ha cambiado. Hemos pasado de los puñetazos y cenicerazos en el Congreso Nacional al pago de cirugías estéticas y el reparto de cargos públicos en la Asamblea Nacional. Solo cambió el nombre de la sede.
Sin embargo, a los ecuatorianos nos toca día tras día levantarnos y trabajar para llevar el pan a nuestros hogares. No esperemos que los asambleístas cambien. Ellos están preocupados en otras cosas. De a poco estamos saliendo de esta pandemia que dejó una secuela de dolor. Es momento de pasar esas páginas tristes y re planifiquemos nuestro futuro. Estoy seguro que lo lograremos.
Por: Santiago León
Comunicador institucional