Con 131 votos a favor y una abstención el pleno de la Asamblea Nacional destituyó a Bella Jiménez, tras vincularla con la gestión de cargos públicos y cobros indebidos. Esta es la primera resolución de este tipo tomada por el órgano legislativo, tras más de cinco meses de gestión.

En su intervención la defenestrada asambleísta acusó a varios legisladores de gestionar cargos públicos y de otras irregularidades. Que es cuestión de tiempo para que los hechos salgan a la luz. Además, dijo que si se vulneran los derechos de presunción de inocencia más de la mitad de congresistas tendrían que irse a su casa.  

Es que en una investigación realizada por un medio de comunicación digital se conoció que varios asambleístas tienen glosas, denuncias, juicios y demandas por alimentos. Estas han sido las “cualidades” de algunos políticos de nuestro país.

Pero centrémonos en el caso de Bella Jiménez. De acuerdo a las versiones brindadas por su ex asistente, Scarlett Lindao, habría entregado un cheque por USD 2.500 para pagarle a Jiménez una cirugía estética y una faja para su recuperación. Para no “levantar” sospechas el cheque habría sido cobrado por Steven Jiménez, hermano de la exlegisladora. 

De acuerdo a las versiones de Lindao le habrían solicitado un total de USD 6.000 para otorgarle un puesto de asistente. Sus funciones las iba a realizar en Guayaquil. Su salario bordearía los USD 1.200 por cuatro años. Esta denuncia se conoció una vez que Talento Humano de la Asamblea Nacional envió un correo a Lindao notificándole su desvinculación. El caso se volvió mediático una vez que la afectada presentó una denuncia en la Fiscalía General del Estado.

Aunque pareciera un guion de ficción es una realidad. Las malas prácticas políticas todavía están vigentes. Diezmos, gestión de cargos públicos, casos de nepotismo son comunes en la Asamblea Nacional. Tal parece que un legislador electo se convierte en una agencia de empleos.

Pero también son parte de esta cadena de corrupción las personas que pagan dinero a cambio de un puesto en el sector público. ¡Ya paren con tanta corrupción!

Por: Santiago León

Comunicador Institucional

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