A medida que se aproximan las elecciones seccionales, los movimientos políticos se empiezan a preparar para participar en la contienda. Se estructuran y eligen perfiles que tengan opciones de conectar con el electorado. Pero los procesos democráticos internos suelen pasarse por alto. Luego las divisiones se ponen en evidencia.
Esta vez el movimiento Renace, liderado por el exmarchista olímpico Jefferson Pérez, al parecer atraviesa por conflictos internos. A través de las redes sociales esta tienda política ha dicho, que dos de sus actuales concejales, ya no asisten a las reuniones y que sus posturas políticas obedecen a sus intereses personales.
Esos comportamientos son comunes en la política local. No es de extrañarse que personales públicos, que ganaron una elección con un determinado partido, al ver que no serán considerados para futuras elecciones, buscan otros espacios. ¿Cuál es la excusa? Que no son militantes y que únicamente fueron invitados por su experiencia. De ahí que hemos visto un montón de camisetazos.
En Renace estaría ocurriendo lo mismo. En las últimas semanas han llegado mensajes al WhatsApp con imágenes de posibles precandidatos a la alcaldía de Cuenca. Y de forma paralela llegan comunicados oficiales ratificando que el medallista olímpico y su familia lideran la organización política.
Sin duda algunos adherentes perdieron la lealtad. Pues en campaña todos reman para el mismo lado, pero cuando llegan al poder los intereses personales se imponen a los principios políticos. Inclusive, cuando ya están en funciones se declaran independientes. Qué más da, igual ya llegaron al poder gracias al esfuerzo y trabajo de la militancia. ¡Oportunistas!
Ojalá que estos acontecimientos les sirva de experiencia y pongan las barbas en remojo. Pero, ante todo, no conviertan a los partidos políticos en negociados.
Por: Santiago León
Comunicador Institucional