Cada cuatro años elegimos presidente, asambleístas y parlamentarios andinos; mientras nos olvidamos de lo nacional, escogemos alcalde, prefecto y juntas parroquiales, es decir, en Ecuador cada dos años vamos a las urnas, más por obligación que por vocación. Estamos tan acostumbrados a que nos pidan el voto que no reflexionamos sobre los procesos, por ello, hemos creado la idea absurda de que la mayor representación democrática es rayar una hoja llena de nombres, muchas veces ininteligibles.
Las elecciones que se realizaron el 7 de febrero contaron con gran participación ciudadana, más de la pronosticada por la emergencia sanitaria. Los ecuatorianos asistimos y decidimos. Los resultados de esta primera vuelta dejan a un Andrés Araúz, representante del correísmo en un primer lugar con un 31%, resultado sin mayor novedad, aunque quisieron posicionar el tema de que ganarían en una sola vuelta, puertas adentro siempre manejaron ese margen. Pero eso no es lo interesante, la verdadera disputa está en quién acompañará a Centro Democrático en la segunda vuelta.
Según los primeros exit poll que se presentaron después de las 17:00 mostraron un panorama esperado por muchos: Andrés Araúz 36%; Guillermo Lasso 23%, Yaku Pérez 19-18% y Xavier Hervas 14%, hasta ahí todo iba bien, muchos nos sorprendimos con la votación alcanzada por el candidato de la Izquierda Democrática, pero conforme empezaron a llegar las actas al sistema del Consejo Nacional Electoral, los datos no cuadraban. El candidato Pérez aparecía segundo, lo que cambió los ánimos en las tiendas políticas. Cerca de las ocho de la noche, desde la sede de Pachakutik, Yaku Pérez anunció que, según sus datos, estaban en segunda vuelta y llamó a sus seguidores a cuidar el voto y movilizarse al CNE. Otra era la historia en la sede de CREO, su líder se pronunció horas después y también dijo estar en segunda vuelta.
Han pasado más de 24 horas y no tenemos, oficialmente, los competidores de la segunda vuelta. Los dos extremos siguen en disputa y empezamos a ver como sus seguidores se agreden, parece que no entendieron el mensaje de las cifras de la jornada electoral: el país no quiere más enfrentamientos o paran o nos roban hasta la esperanza, porque no basta con solo votar, es hora de actuar por un proyecto de unidad nacional.
Estas elecciones nos brindan la oportunidad de no ser más espectadores, sino actores de cambio. Es momento de influir en las decisiones trascendentales del país. No hace falta militar en un movimiento político para tener iniciativas ciudadanas que impacten en la sociedad, cada uno, desde nuestras trincheras podemos generar ese cambio que más del 60% de ecuatorianos escogimos el 7 de febrero.
Si queremos un futuro próspero, basta de divisiones absurdas, basta de mostrar a los empresarios como enemigos, basta de llamar ignorante al que piensa diferente, basta de criticar sin fundamentos a los medios de comunicación, basta de creerse superiores por ser de izquierda o derecha, somos más que nuestras diferencias.
Yo sí creo en un Ecuador plural, en un Ecuador de consenso y debate, en un Ecuador de oportunidades y verdaderas reflexiones sociales, en un Ecuador próspero e incluyente. Sí creo en un país competitivo y equitativo, ¿se puede? Sí. Empecemos por nosotros.
Por: David Jiménez Abad