Sin lugar a dudas el coronavirus forzó a las personas a reinventarse. Los aspectos económicos, sociales, sanitarios y sobre todo el político tendrán un nuevo tratamiento en cada país. Nos referimos a la temporada post Covid – 19. Durante varios meses permanecerán las restricciones de movilidad, el distanciamiento social, el confinamiento, entre otras medidas que ayuden a disminuir las olas de contagio.
Sin embargo, los cronogramas electorales están definidos. En algunos países de la región las elecciones presidenciales o municipales se llevarán a cabo en medio de la emergencia sanitaria. Existen posturas que sugieren que las elecciones se posterguen y otras que se cumplan, pero con medidas escalonadas. En fin, lo más importante es precautelar la vida de los ciudadanos y que la democracia no se vea afectada.
Por lo tanto, las tradicionales campañas de tierra en las que los candidatos recorrían plazas, mercados, barrios; repartiendo besos, abrazos y apretones de manos quedarán descartadas por el momento. Las caravanas motorizadas serán más restringidas, las reuniones con los gremios tendrán aforo limitado y ni hablar de los mítines políticos. Inclusive, las encuestadoras mejorarán sus plataformas para aplicar los test digitales a universos más amplios.
Por ello, si antes las redes sociales se convirtieron en un espacio idóneo para las campañas electorales, ahora serán las protagonistas. Será importante, y un punto para diferenciarse, el contenido que se publique en las cuentas de Facebook, Instagram, Twitter, Linkedind, Tik Tok, entre otras, para que los ciudadanos pasen a formar parte de las comunidades digitales. Habrá una alta inversión en la publicidad digital.
Adicionalmente, se dará más impulso a las campañas de marketing directo. El mensaje llegará a los ciudadanos por medio de email marketing, newsletter, messenger, chatbots y sobre todo por WhatsApp. Esta última aplicación puede ser motivo para otro análisis, por ejemplo en las pasadas elecciones presidenciales de Brasil se convirtió en una herramienta fundamental para la victoria de Jair Bolsonaro.
Las transmisiones en vivo (streaming) serán una constante en las cuentas de redes sociales de los candidatos. Por ahí los ciudadanos y los medios de comunicación se informarán de las actividades que cumplen los políticos.
El contenido será el combustible para poner en marcha la locomotora de la campaña electoral. Las piezas audiovisuales contarán historias (storytelling) que toquen las fibras más sensibles de las personas. Llegarán a emocionar y provocar un “call to action”. Es decir, cautivar al elector para ganar su voto.
Por lo tanto, los equipos de campaña electoral tendrán la tarea de reinventarse, de elegir los nuevos y apropiados canales de comunicación. La pandemia ha llegado para quedarse por un largo tiempo, lo que exige a los políticos a transformarse para vivir en la nueva normalidad.
Por: Santiago León